Por pmnoticias
La Falla de Santa Clara, la noche triste, paredón rojo. Varios y varios calificativos pueden darse a lo que pasó este sábado en el Estadio de los 49es, y muy probablemente ninguno estará a la altura de lo que realmente sucedió. Toneladas de tinta, pilotes de hojas se emplearán para lo que sencillamente es la exhibición más triste en la historia contemporánea de la Selección Mexicana.
La Copa América Centenario era un sueño que parecía posible para el Tri. Rojo despertar, México se despidió de forma humillante del prestigioso certamen. El Campeón Chile, magistral, soberbio, implacable, iracundo, recetó un histórico 7-0 a los dirigidos por Juan Carlos Osorio.
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Blancos, de uniforme sin color, tal cual era el presagio de lo que iba a ser el Tri, esta vez más monocromático que nunca. El picante estaba del otro lado. Apenas a los 15′ ya habría rumbo definitivo, Edson Puch abría el marcador e iniciaba una noche escandalosa, capaz de abrir una falla más grande que la de San Andrés, amenazante en devorar todo a su paso en California, aunque la Falla de Santa Clara advierte con erosionar todo lo logrado por el técnico colombiano hasta el momento.
Media cancha inexistente, Dueñas sin poder multiplicarse, Héctor Herrera con un nivel que emulaba a su fallida versión de la Copa Oro 2015, bandas sin dinamismo, México estaba en terapia intensiva cuando no transcurría la media hora del encuentro. Aránguiz, Díaz y Vidal festejaban el centenario de Conmebol en mitad del campo y sin nadie que llegara a quitarlos del estadio. La consecuencia no se hizo esperar y a los 44′, Eduardo Vargas tendría la génesis de un idílico encuentro en el que llegaría a anotar hasta 4 tantos.
Juan Carlos Osorio hizo cambios en el descanso. Adecuados o no (dejó en la banca a Rafael Márquez y en el campo a Héctor Herrera), estos nunca tuvieron oportunidad de darle la razón o no al técnico colombiano. Cuatro minutos después de la reanudación, un “Herror” de ‘HH’ abrió el camino para que Alexis Sánchez y Arturo Vidal recorrieran el camino prometido de la felicidad, con todas las bondades y el primero culminara la jugada para hacer oficial la goleada.
¿Había dudas de la superioridad andina? Bien, había que disiparlas definitivamente. Vargas anotaría el cuarto con un latigazo, tres minutos antes de que Andrés Guardado impactara un balón desde fuera del área, sin peligro, directo a las manos de Claudio Bravo: sería la primera vez en la noche (y prácticamente única) en que el guardameta del Futbol Club Barcelona tocaría el esférico.
Minuto 57 (prácticamente se podría hacer una bitácora del daño que hicieron los chilenos),Guillermo Ochoa deja rebote a merced de Eduardo Vargas, quien simplemente empujó para firmar triplete. El propio elemento del Hoffenheim alemán se encargaría de machacar con el sexto tanto y sí, otra vez de rebote, aunque en esta ocasión con muy poco ángulo en una jugada que prácticamente fue servida de parte de Miguel Layún cual mesero en vísperas del gran banquete navideño, ya a los 74′.
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Edson Puch fue el alfa y omega en el cotejo, abrió la cuenta y la cerró a los 87′ quizás el gol más fácil de la noche, con un Vidal facilitando el esférico a la incorporación del flamante refuerzo del Necaxa, quien le ganó la espalda a toda la zaga para ganar el mano a mano con Ochoa. El Campeón ya no tiene a Jorge Sampaoli, pero sí que tiene a un rejuvenecido Juan Antonio Pizzi en la banca y está en pie de lucha para refrendar su título, Colombia será su siguiente obstáculo en Semifinales, aunque una exhibición como la de este sábado bien podría anticipar un café muy amargo por un chile incontenible en su sabor y que “vengó” aquella derrota del 1 de junio en un amistoso, a años luz de la importancia del encuentro de Cuartos de Final y, sobre todo, con un triunfo tricolor muy lejos de la superioridad mostrada ahora en Santa Clara.
Es la noche más triste del futbol mexicano. La bahía californiana está teñida de sangre blanca después de una exhibición inesperada. En el futbol se necesitan dos equipos en la cancha y a Santa Clara solamente llegó uno vestido de rojo. No fue una eliminación, fue una humillación. No fue un partido, fue un tiro al blanco.
Con información de http://deportes.televisa.com/copa-america/2016-06-19/juan-carlos-osorio-mexico-copa-america/
