Por Salomé Martínz
En el estado de Nuevo León, un problema apremiante surge a todas horas: se generan 5,310 toneladas de basura diariamente, y sorprendentemente, el 58% de este material es reutilizable.
Esta revelación resalta la necesidad de abordar eficazmente la gestión de residuos en la región. La implementación de la nueva Ley de Gestión Integral para los Residuos en Nuevo León promete ser una solución que optimice el reciclaje a través de unidades de transferencia operadas por los municipios.
Según estadísticas proporcionadas por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), en promedio, cada habitante de Nuevo León genera 1.04 kilogramos de residuos por día. Transportar toda esta basura desde su origen hasta una única planta de recolección es costoso y puede generar contaminación si no se maneja adecuadamente.
La nueva ley brinda a los municipios, especialmente aquellos con una mayor cantidad de residuos recolectados, como Monterrey, Apodaca, Guadalupe y San Nicolás de los Garza, la oportunidad de establecer Unidades de Transferencia. Estas instalaciones permitirían la separación de residuos aprovechables de los residuos orgánicos no aprovechables.
La posibilidad de que los municipios se asocien con la iniciativa privada para instalar Estaciones de Transferencia es una característica clave de esta legislación. Esto reduciría las distancias y traslados de las unidades recolectoras de residuos, que actualmente operan con diésel, lo que tendría un impacto significativo en la calidad del aire, reduciendo al menos un 8% de las emisiones vehiculares.
El Presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, el diputado Mauro Guerra Villarreal, enfatizó que esta nueva Ley busca fomentar el valor de los residuos para su reciclaje y, en última instancia, crear conciencia ambiental en la población.
La Ley de Gestión Integral de Residuos del Estado de Nuevo León incluye 61 artículos distribuidos en cinco títulos, abordando las problemáticas enumeradas. Proporciona facultades a los municipios para establecer Estaciones de Transferencia, lo que permitiría una reducción significativa de las emisiones vehiculares y contribuiría al medio ambiente.
Esta legislación también aboga por la recolección diferenciada de residuos, respetando los acuerdos contractuales que algunos municipios ya han establecido. Según las Naciones Unidas, por cada tonelada de papel reciclado se evita la tala de 17 árboles y se ahorra un 50% del agua que se habría utilizado en la fabricación de papel nuevo.
La nueva Ley de Gestión Integral de Residuos de Nuevo León busca llevar a cabo una gestión eficaz de los recursos reciclables y contribuir al desarrollo económico del estado a través de la creación de una industria de reciclaje.
Aunque existe la posibilidad de que el Gobernador vete o congele esta ley, los defensores creen que es un paso adelante para Nuevo León en su lucha por controlar adecuadamente los residuos y reducir su impacto ambiental. Esta ley podría marcar el comienzo de una era de reducción, reutilización y reciclaje de residuos en beneficio del medio ambiente y la calidad de vida de los ciudadanos.
La gestión eficaz de los residuos es fundamental para proteger el medio ambiente y garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.