Por pmnoticias.tv
Una práctica de la medicina más humana en la que la dignidad de las personas prevalezca es la que se puede generar ante la contingencia actual, afirmó el profesor del Tec de Monterrey, Rafael de Gasperín.
Dentro del webinar “Aprendizajes y enseñanzas ante el COVID-19”, el docente y filósofo clínico invitó a reflexionar sobre una nueva bioética que se avecina y cuestionarse los protocolos y procedimientos de la medicina y otras ciencias de la vida.
“Hay otro contexto, otra circunstancia que nos está exigiendo que en el protocolo pueda haber prejuicios, presuposiciones, malas concepciones, ideologías, dogmas y miedos que nos dejen actuar libremente.
“Tenemos que explorar los conceptos de la narrativa médica que nos ayuden a valorar su importancia”, manifestó.
En el evento organizado por el Colegio de Bioética de Nuevo León, A.C., el profesor de la Escuela de Humanidades y Educación (EHE) en el campus Monterrey señaló que también es indispensable devolverle al médico autonomía en su profesión, algo que se ha perdido con los años.
“Debemos de tener la capacidad de poder reconocer que el clínico puede intervenir una parte del cuerpo cuando no hay otra forma de sanar la totalidad del cuerpo.
“Esto se ha violentado de una manera terrible. Le hemos amarrado las manos como ciudadanos, no se diga en Estados Unidos, demanda tras demanda”, expresó.
Apuntó que el clínico vive atemorizado por la pandemia y por el mundo de las leyes.
El reconocer al paciente como ser humano y no solo una estadística también es fundamental en la nueva bioética, agregó.
Ante la pandemia, se habla todos los días del número de fallecidos e infectados, pero se debe recordar que todos eran personas singulares con su propia historia, indicó el docente.
“Tenemos que reconocer que cada singularidad es un acto humano irrepetible, y que como acto humano irrepetible no tenemos el protocolo que nos diga como tenemos que hacer las cosas para todos.
“Reconocer que esa dignidad de la que tanto hablamos tiene que verse como un merecimiento de trato, tiene que verse dentro de una forma contextual, tiene que darse en un trato que se debe de otorgar con respeto y reconocimiento”, señaló.
El derecho a la vida debe ser respetado a toda costa, tanto por las leyes como por los profesionales de la salud, comentó el doctor de Gapserín.
“El derecho a que la vida sea respetada y que este derecho se debe conceptualizar en dos sentidos.
“En la obligación del estado para respetar la vida dentro del ejercicio de sus funciones, y como una limitación al actuar de los particulares para que ninguna persona prive a otra de la vida”, mencionó.
En el panel también participaron Julio Farjtat, jefe de Residente de Cardiología Intervencionista del Instituto Nacional de Cardiología, y José Arturo Vela, presidente del Consejo de Bioética de Nuevo León.
El primero habló de los cambios que se ha tenido en la práctica debido a la contingencia, donde ellos también han tenido que atender a pacientes con COVID-19 por falta de personal médico.
Realizar guardias de ocho a doce horas con equipo de protección especial se ha vuelto cotidiano, apuntó el doctor.
Además, se han tomado mejores medidas de sanidad en las intervenciones quirúrgicas, ya que es muy posible que se hayan operado a pacientes asintomáticos de dicha enfermedad.
Por su parte, Vela señaló que como bioéticos deben buscar forman de que la comunidad realmente apoye a las autoridades en esta contingencia.
“La propuesta es que la bioética sí, verdaderamente, es una bioética propositiva y nihilista, donde todos debemos de intervenir directamente en la sociedad de una manera u otra para que las cosas cambien”, explicó.
El panel es parte de una serie que organiza el Consejo de Bioética de Nuevo León