Por: Grupo PMnoticias
La pandemia del COVID-19 reveló un problema muy grave en los sistemas de salud a nivel mundial: la falta de respiradores. Su escasez ha provocado la muerte de miles de personas y sin una solución es probable que los estragos del coronavirus sean más serios.
Es por ello que un grupo de alumnos cambió su proyecto de tesis para crear un respirador accesible. Comenzaron a trabajar el 18 de marzo, su asesor Raúl Quintero, profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Monterrey, se inspiró en una publicación del 2010 del Massachusetts Institute of Technology, en donde compartían el procedimiento para hacer un respirador artificial de bajo costo; sin embargo, lograron mejoras que lo hace más alcanzable para el mercado mexicano y la situación de emergencia.
Andrés González Ramos, Sergio Caballero Lozano, Omar Beltrán Márquez y Víctor Cárdenas Domene, son el equipo de estudiantes de la carrera de Ingeniero en Mecatrónica, quienes no perdieron tiempo en reunir sus conocimientos para hacer un cambio positivo y trascendental en la comunidad mediante el proyecto que tienen por nombre: AMBUDEM-2020.
A este proyecto, denominado “Sistema de automatización de respiración de bajo costo”, al cual también se sumó Hussein De la Torre, director de la carrera de Mecatrónica y Robótica, quien explicó que aunque existen muchas instituciones trabajando en lo mismo, el diseño de la UDEM promete ser diferente.
“Nosotros estamos proponiendo un diseño diferente. Nuestra idea inicial era simplemente armar un respirador con los componentes que hay en México, es decir, tropicalizar el modelo del MIT, y poner este manual a disposición de la comunidad. Pero al estar trabajando surgieron muy buenas ideas y el diseño cambió bastante”, compartió el investigador.
“Se diseñó el respirador en un principio pensando en que fuera lo más barato posible. Hay un parte electrónica y una parte mecánica del aparato…El diseño es simple, cualquier persona, sin ninguna maquinaria especializada, puede reproducir este respirador“, agregó el profesor Quintero.
Señaló que los materiales usados en este prototipo son de bajo costo y de libre acceso, por lo que si otras personas quisieran crearlo, no tendrían problema, y si una empresa pretende fabricarlo en masa los costos serían manejables. Esto significa una gran ayuda, puesto que el precio de un respirador tradicional oscila entre los $20 y $30 mil dólares. Cabe resaltar que el “corazón” de la máquina es la ambu bag o bolsa autoinflable, la cual tiene un costo de entre $500 y $800 pesos, mientras que la inversión en el resto de los materiales es de menos de dos mil pesos.
“Parte del valor agregado que la UDEM ofrece es que nos hace pensar en soluciones más allá de lo que ves en clases y nos pusimos a investigar y estudiar sobre todo lo que se está haciendo alrededor del mundo respecto a esto y son proyectos muy padres, pero que no eran compatibles con la situación de emergencia, y en eso es en lo que más nos hemos enfocado”, mencionó Andrés.
Este respirador, además, podrá ser usado de forma manual, una característica propuesta por equipo de la UDEM y que no contempla la investigación del MIT, e incluso podrá funcionar con baterías de 12 volts, lo que brinda opciones de uso en regiones donde no hay fácil acceso a la electricidad, o en situaciones de emergencia.
Por otra parte, el profesor Hussein compartió que se estima que en México se necesiten 45 mil respiradores para lidiar con el COVID-19, de los cuales en estos momentos solo se cuenta con 5 mil. Y cree que si se llega a producir este respirador en masa, la primera entrega podría ser de 10 mil unidades.
“Por eso hay un iniciativa muy grande de empresarios, de académicos, de personas de industria que quieren apoyar al desarrollo y a la fabricación de esto a la brevedad. Es una carrera contra el reloj, porque si la propagación del virus se da como dicen va a haber tal necesidad de estos aparatos que no va a haber suficientes. Es, obviamente, mejor tenerlos y no usarlos que necesitarlos y no tenerlos”, comentó De la Torre.
“Nos fuimos por la manera más sencilla y simple de hacer las cosas, porque con la simplicidad viene también el bajo costo y significa una producción más rápida y eso puede ayudar a las personas a que también puedan adaptar este proyecto a sus necesidades y poder reproducirlo ellos mismos de otra manera”, agregó Sergio.
El respirador, que está en proceso de ser patentado, se probará con un pulmón artificial y después se planea usar en un paciente que lo requiera. Posterior a esto, informó que Metalsa hará un proceso de selección de entre varios proyectos, juzgando costo y diseño, para producir en masa. Independientemente del resultado, el equipo de la UDEM quiere que su máquina esté al alcance de todos y que ayude a salvar vidas.