Por: Salomé Martínez G
La Semana Santa es una de las fechas más importantes en el cristianismo porque enmarca los últimos días de Jesús en la tierra, desde su entrada a Jerusalén hasta su resurrección.
Y uno de los momentos más importantes en la religión y más retratados en el mundo del arte es el de la última cena que compartió Jesús con sus discípulos antes de ser arrestado por los romanos, siendo La última cena de Leonardo da Vinci una de las obras con este motivo más reconocidas, si no es que es la más icónica.
Sin embargo, la significancia de esta escena en la vida del Hijo de Dios va más allá de la última comida que tuvo con sus seguidores, aseguró Mihaela Luminita Albisoru, profesora de Arte del Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Monterrey.
“La última cena se menciona en los cuatro Evangelios y también en la primera epístola de San Pablo a los Corintios y estos documentos no se refieren solamente al momento de la comida, sino que es un recuento de los eventos que se dan durante la última comida de Jesús ante una pequeña comunidad cristiana que se estaba gestando en ese momento”, señaló la profesora originaria de Rumania.
Posteriormente, la última cena se convirtió en uno de los rituales más importantes de la comunidad católica.
“Fue un tema tan importante para la comunidad cristiana, que el arte, desde los orígenes del cristianismo, no ha dejado de representar este momento bíblico del Nuevo Testamento. De hecho, se volvió uno de los temas recurrentes en el arte”, mencionó y agregó que normalmente representaciones de la última cena se encuentran relacionadas al ciclo de la vida de Cristo.
La profesora indicó que esta escena se ha plasmado en diferentes formatos que van desde el fresco, la pintura al óleo y relieves, hasta en mosaicos, esculturas, vitrales, bordados, incluso en pinturas paleocristianas situadas en catacumbas romanas. Este momento es tan ubicuo que no solo ha aparecido en expresiones artísticas de occidente, sino que también en Oriente, en el Norte de África y en Medio Oriente.
“Cuando hablamos de la última cena pensamos en ese momento donde Cristo está sentado a la mesa, rodeado de los apóstoles, pero la realidad es que es un motivo mucho más grande y se divide en cuatro escenas, siendo dos de ellas las más representadas: la profecía dramática de la traición de Judas y la otra es cuando se comparte el pan y el vino, que es la institución de la eucaristía. Las otras dos son cuando Jesús lava los pies de sus apóstoles y la última es cuando se despide Jesús de sus discípulos”, detalló.
Albisoru señaló que es esta última comida en donde culminan los fundamentos del cristianismo, es decir, Jesús le da un nuevo sentido a la comida de la Pascua judía y esa cena pasa a ser una de las primeras instancias de la comunión como se conoce hoy en día.
“Jesús llevó la cena de Pascua a su último cumplimiento; tomó unos de los símbolos asociados con la antigua Pascua judía, les impregnó un nuevo sentido, instituyó el nuevo pacto y la ordenanza para la Iglesia. También predijo la negación de Pedro y la traición de Judas y convierte su sacrificio en una salvación de la esclavitud y de la muerte espiritual a través de la eucaristía”, sintetizó.
Este acontecimiento fue un anuncio del plan de Dios para el mundo, y para los critistianos y católicos ahora es un momento de reunión y reflexión sobre la fe y el perdón.
“Fue un acto trascendental, no solamente en términos judeocristianos, sino en términos de la trascendencia de la relación que existe entre los alimentos, la incorporación de los alimentos y la sociabilidad alrededor de compartir la comida. Para los creyentes católicos, la última cena marca la institución de la eucaristía y es símbolo de la comunión con Cristo”, indicó la profesora de la UDEM.
Agregó que uno de los significados más importantes que se impregnan en este rito es que los creyentes incorporan a sus vidas a Jesús, “una de las invariantes del comienzo humano”.
“Cuando hablamos de la eucaristía hablamos del pan y del vino, el cuerpo y la sangre de Cristo. Existe el dicho de que ‘somos lo que comemos’, por lo tanto somos seres espirituales, somos cristianos, y hacemos nuestra declaración de fe con la eucaristía”, finalizó.