Por pmnoticias.tv
La situación de las mujeres en la educación en América Latina registra avances en la “conquista” de carreras consideradas “masculinas”: las ciencias exactas, la tecnología y las ingenierías, pero aún tiene mucho camino por recorrer en acceso a la educación, representatividad en puestos directivos y espacios seguros.
Así lo señalaron investigadoras universitarias y especialistas en equidad de género durante la segunda edición de UDEM X TODAS, Mujeres en la ciencia y mujeres en la academia, que se desarrolló este lunes en formato virtual para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, a celebrarse el 8 de marzo.
El encuentro, organizado por el Centro de Equidad de Género e Inclusión (CEGI), el Centro de Liderazgo Estudiantil (CELES) y grupos estudiantiles de la Universidad de Monterrey, fue inaugurado la mañana de este lunes con un panel magistral denominado El poder de una educación equitativa en el desarrollo de la sociedad.
La ceremonia inaugural fue presidida por Isabella Navarro Grueter, vicerrectora de Formación Integral de la UDEM; acompañada por Marcela Chavarría Chavarría, directora del CEGI; y Jorge Rincón, director del CELES.
En el primer panel, participaron Camila Banfi Saavedra, fiscal general de Comodoro Rivadavia; Claudia Aravena Molina, jefa de la carrera de Relaciones Públicas de la Universidad de Viña del Mar; y Rosalba González, investigadora senior del Centro de Estudios sobre la Enseñanza y Aprendizaje del Derecho (CEEAD).
En su mensaje, Navarro Grueter estableció que aún queda mucho por hacer para asegurar la igualdad entre mujeres y hombres, y que prueba de ello son las desigualdades generadas en estos dos últimos años con la llegada del virus causante de COVID-19.
“Si bien es cierto que no hay nadie que no se haya visto afectado por la pandemia, también es un hecho que la emergencia sanitaria remarcó aún más las brechas de género en diversos aspectos: la inseguridad alimentaria, el desempleo y la falta de acceso a la educación han afectado considerablemente más a las mujeres que a los hombres”, afirmó.
La directiva destacó, a pesar de las desventajas, el rol que las mujeres han desempeñado en esta pandemia: las mujeres conforman el 75 % de la fuerza de trabajo del sector salud y, a pesar de que solo representan el 28 % de los cargos ejecutivos en este ámbito, el liderazgo de ellas ante esta situación sin precedentes llevó a la ONU a reconocerlas en el marco del Día Internacional de la Mujer.
“La contribución de Katalin Karikó ‒bioquímica húngara, cuya investigación sobre la molécula del ARN facilitó el desarrollo de vacunas contra el virus SARS-CoV-2‒ nos recuerda lo que es evidente: la participación, y me atrevo a enfatizar, el liderazgo de la mujeres es indispensable en todos los sectores de la sociedad”, apuntó.
Banfi Saavedra indicó que, en general, se ha ahondado poco en materia de educación equitativa, porque si bien es cierto que en Argentina se ha avanzado mucho al respecto de los estudios de género y se han dictado leyes que son fundamentales, “lo cierto es que todavía tenemos un largo camino por recorrer”.
“Caminar en esta igualdad real y efectiva es un proceso complejo y que tiene diversas aristas; especialistas en temas de género coinciden en que, sin influir en la educación, sería imposible algún día lograr esta igualdad”, expuso.
“Creo que (en Argentina) estamos en un camino intermedio: la formación de igualdad es lo fundamental y podemos seguir avanzando en estos temas”, mencionó.
Aravena Molina destacó que, aún con la firma de tratados y acuerdos internacionales que promueven la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, con mayor frecuencia son las niñas, las jóvenes, las mujeres y las mujeres adultas mayores quienes sufren mayor discriminación en ámbitos como en la salud, los derechos reproductivos, en el campo laboral, en la representación política y en la educación.
En América Latina y El Caribe, según lo comentó en su exposición, las mujeres aumentaron su participación en educación superior de 19 a 41 % en los últimos 20 años del segundo milenio.
Sin embargo, en los títulos de ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas, las mujeres siguen siendo rezagadas, porque se consideran “disciplinas masculinas”, mientras que las áreas de la salud, la comunicación, la educación, las artes y las humanidades, son las que se consideran “adecuadas” para las mujeres.
La catedrática señaló que, entre los países que conforman la OCDE, solo el 20 % de quienes se matriculan en carreras de educación superior cortas y el 30 % de los nuevos matriculados en licenciatura en los campos de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, fueron mujeres, y, según la UNESCO IESALC en 2020, solo el 18 % de las universidades públicas de la región tienen rectoras.
“Para una educación con perspectiva de género, es necesario evitar los estereotipos de género negativos y así eliminar las asimetrías e inequidades que se dan en el ambiente educativo, así como fomentar habilidades cognitivas y no cognitivas en estudiantes sin distinción de género, garantizar espacios libres de violencia para las mujeres y fomentar los espacios seguros”, sostuvo.
Por su parte, González explicó que las diferencias de las que surgen estas brechas de marginación y discriminacion para el acceso a la educación provienen de la desigualdad entre la zonas rurales y las urbanas, los niveles económicos, los recursos con que cuentan las instituciones, la atención al bienestar, los espacios de los centros educativos con pocas oportunidades para generar bienestar a los estudiantes y la falta de programas de salud emocional, que a partir de la pandemia fue más visible.
El resto del programa de esta jornada incluyó la conferencia Desigualdad del ingreso y la pobreza de las mujeres en México, a cargo de Minerva Ramos, y diferentes paneles sobre retos en la carrera académica y perspectivas feministas en la academia y el ambiente laboral.
Adicionalmente, durante el día se impartieron mentorías para estudiantes en diversos temas como emprendimiento femenino e investigación en temas de negocios, desarrollo de tecnología y primeros pasos para deconstruir el androcentrismo jurídico.