Por pmnoticias.tv
Pensar en la ciencia nos ubica automáticamente a la creación de destacadas investigaciones o descubrimientos. Sin embargo, el hacer camino dentro de esta fascinante área se puede ver desde diversas trincheras haciendo que cuente cada paso.
En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en las Ciencias, celebrado el 11 de febrero, presentamos tres historias de la Universidad de Monterrey que nos enseñan la manera en que todos, desde estudiantes hasta investigadoras, pueden generar y aportar conocimiento para su comunidad.
Forjadora de los innovadores del mañana
Tras sumar en su preparación académica los estudios profesionales de Químico Bacteriólogo Parasitólogo, una maestría en Ciencias con Especialidad en Ingeniería Ambiental y un doctorado en Ciencias con Especialidad en Biotecnología, la profesora Nerla Silva Uribe se dio cuenta que podía desarrollar su pasión preparando a las futuras generaciones.
Muestra del éxito que ha tenido destacan algunas investigaciones en las que ha colaborado con sus alumnos de la Prepa UDEM, como el optimizar cultivos sin contaminar o la creación de una interfaz para prevenir la tuberculosis.
“Lo que más me motiva es inspirar a mis alumnos a ser su mejor versión, que ellos mismos se den cuenta de su potencial para resolver cualquier reto que se les presente. Quiero mostrarles el camino del conocimiento para que formen nuevas rutas hacia la innovación y el desarrollo tecnológico para mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad”, expresó.
La también profesora de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías señaló que no es tarea fácil atraer la atención de los jóvenes, pero conforme se enamoran de la ciencia y ven los resultados, vale la pena el esfuerzo.
“En el ámbito académico, ver la sonrisa de mis alumnos cuando han desarrollado y logrado algo que les parecía imposible, esa sonrisa de satisfacción es inmensamente gratificante”, aseguró.
Pasión en desarrollo
Para Eiffel, la ciencia fue parte de su vida familiar, pues sus padres son ingenieros. Entonces, cuando llegó el momento de elegir el camino de su carrera profesional, no fue complicado optar por la Ingeniería Biomédica, carrera de la cual se encuentra cursando el sexto semestre en la UDEM.
“La ingeniería siempre me ha fascinado y elegí estudiar Ingeniería Biomédica, porque me permite aplicar los principios de la ingeniería para resolver problemas en el campo médico y la salud personal”, indicó la joven de 20 años.
De hecho, gracias a su curiosidad y empuje, Eiffel tuvo la oportunidad de participar en el programa “Girls in Engineering, Math, and Science Summer Camp” en 2018 y en 2021 en un programa de investigación en la Universidad Rowan, en Estados Unidos, lo que demuestra que nunca se es demasiado joven para comenzar a hacer camino en la ciencia.
En esta última estancia trabajó en un proyecto desarrollando y perfeccionando un brazo mecánico de bajo costo, involucrándose específicamente en el desarrollo y perfeccionamiento de las señales necesarias para que el movimiento de la prótesis fuera más natural y práctico.
A Eiffel todavía le faltan un par de años para graduarse, pero ya está pensando en estudiar un posgrado y espera que más personas se interesen en las ciencias, las ingenierías y las tecnologías.
“No duden en estudiar una carrera de ciencias o tecnologías, ya que vivimos en un mundo que está evolucionando constantemente y requiere de muchos profesionistas en estas áreas”, invitó la joven.
Modelo a seguir
Por su parte, Diana Carolina Gámez García, profesora de la Escuela de Ingeniería y Tecnologías, ha hecho camino en la docencia y la investigación, ya que además de preparar a futuros profesionistas destaca como investigadora del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Nivel 1.
Gámez García vislumbra un futuro muy brillante para los jóvenes, en especial para las mujeres, pues es cada vez más común que las niñas y adolescentes tengan ejemplos a seguir femeninos en las áreas de ciencias y tecnologías que les interesan.
“Cada vez hay más referentes, más divulgación, más difusión; las niñas y jóvenes ya imaginan ser como tal astronauta, se proyectan en tal científica, en tal ingeniera, en su propia maestra y cada vez hay más profesoras enseñando en áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, en español), mientras que antes parecía que solo nos podíamos ver en la gran Marie Curie”, indicó la profesora, quien es Ingeniera Civil, maestra en Ciencias de la Ingeniería y cuenta con un doctorado en Tecnología de la Arquitectura, Edificación y Urbanismo.
Incluso ella misma ha destacado en la divulgación de textos científicos, entre sus investigaciones se encuentran: Durability parameters of reinforced recycled aggregate concrete: Case study y Environmental Challenges in the Residential Sector: Life Cycle Assessment of Mexican Social Housing.
Y aunque el mañana esté lleno de promesas para las niñas y las mujeres, a Diana le afecta un poco ver que no todas gozaron del mismo privilegio que ella, pues su familia, amigos, compañeros de trabajo y maestros siempre la apoyaron en sus intereses científicos, algo que semeja a vivir en “una especie de burbuja”. Sin embargo, esto la motiva para servir de inspiración a través de su trabajo y pasión.
“Me entristece ver las cifras que indican que no todas hemos vivido en esa burbuja, pero en acciones directas o indirectas, muchas investigadoras buscamos hacer que los caminos de las nuevas ingenieras, las nuevas científicas, sean menos densos, queremos salir de la burbuja y que sea una realidad para todas aquellas que quieran abordar el proceso de la investigación o actividades similares”, compartió la profesora de Mecánica de Materiales 2.
Es por eso que Diana se vuelca completamente en su trabajo y labor docente, pues para ella no hay satisfacción más grande que ayudar a los alumnos a ver y alcanzar su potencial.
“La docencia es ser sembradora y creo que no puede existir algo más hermoso que eso, porque lo que siembras, lo haces en mentes, en almas, en personas que en un futuro serán la mejor versión de sí mismas. Poder contribuir en la formación e influenciar a las futuras generación positivamente es un regalo”, expresó.
La Universidad de Monterrey tiene muchas virtudes, pero uno de sus atributos más formidables es contar con una comunidad enfocada en la excelencia académica y profesional, a través de la realización de la vocación y el espíritu.