Por: Fanny Martínez
Lavarse los dientes es una rutina de higiene que se aprende desde pequeño y que se repite tres veces al día; sin embargo, existen personas que por diferentes razones no pueden hacerlo así, por lo que necesitan ayuda extra en el consultorio dental.
En el marco del Día Mundial de la Salud Bucodental y el Día Mundial del Síndrome de Down es importante visibilizar las dificultades que personas con discapacidad pueden enfrentar en acciones que para los demás son naturales. Según datos del INEGI, para 2014 en nuestro país viven alrededor de 7.6 millones de personas con alguna necesidad especial.
Alfredo Salinas Noyola, director de la Escuela de Odontología de la Universidad de Monterrey, y el Raúl García Flores, profesor de asignatura de Odontología Infantil y Personas con Discapacidad, buscan resaltar algunas de las realidades por las que las personas con discapacidad intelectual y física atraviesan en su cuidado.
Una población vulnerable
“En muchas casos la discapacidad les impide cooperar con las prácticas preventivas de la salud oral. Según el nivel de limitación que tengan, estos pacientes presentan mayor riesgo de enfermedades orales, entre las que destacan enfermedades periodontal y caries dental.
“La falta de control y destreza manual son algunas de las restricciones en el cepillado dental, aunado a que algunas personas tienen limitaciones de apertura (en la cavidad oral) dependiendo el síndrome, enfermedad o condición. En muchos casos, la discapacidad les impide cooperar con las prácticas preventivas de salud oral”, explicó Salinas Noyola.
Apuntó que las familias de los pacientes tienden a enfocar sus esfuerzos y recursos en la atención de las condiciones propias de su diagnóstico, por lo que dejan el cuidado dental como algo secundario. Sin embargo, esto a la larga se traduce en gastos mucho más altos para la rehabilitación dental.
Señaló que esto puede tener un impacto directo y negativo en la salud y la calidad de vida de las personas, pues aunque a veces no es vista como tal, la salud oral es parte inseparable de la salud y el bienestar general.
Esta parte de la población es especialmente vulnerable, ya que “pueden enfrentar muchas barreras para obtener atención de salud bucal, desde la falta de servicios públicos especializados en atención dental hasta la falta de odontólogos capacitados y entrenados para su condición”, agregó el doctor García Flores, quien además dijo que en muchas ocasiones el tratamiento que reciben es “mutilante”, es decir, hacen extracciones de piezas, y no aplican tratamientos de rehabilitación
“Los médicos y los familiares de las personas con discapacidad deben concientizarse sobre la importancia de buscar atención dental preventiva en edades tempranas. Así, el odontólogo podrá brindar información y enseñar hábitos que se adapten a cada persona para disminuir riesgos de enfermedades orales”, aseguró Salinas Noyola.
Para lograr esto la UDEM, a través de la Escuela de Odontología, tiene dentro de su plan de estudios la asignatura “Estomatología para pacientes medicamente comprometidos”, en la cual los estudiantes obtienen los conocimientos y competencias para el manejo adecuado para cada tipo de condición que puedan presentar las personas. Dicha materia es dictada por Odontólogos entrenados y capacitados en el manejo especializado de estas personas.
La diferencia está en la prevención
El director de la Escuela de Odontología sostiene que la manera más efectiva de evitar molestias y grandes gastos relacionados en la salud oral de las personas con discapacidad es la prevención y la capacitación de los cuidadores, quienes deben de resolver sus dudas de procesos y cuidados.
“Es preciso identificar lugares en donde existen odontólogos capacitados para la atención dental de las personas con discapacidad. Además, debemos seguir eliminando las barreras que alejan a esta población de un servicio dental de calidad y no olvidemos que un paciente puede sufrir la progresión de su enfermedad oral si no se brinda tratamiento debido a su edad, comportamiento, incapacidad para cooperar, discapacidad o estado médico”, comentó el director de la Escuela de Odontología.
Advirtió que el aplazamiento o la denegación de la atención pueden ocasionar dolor innecesario, molestias, mayores necesidades y costos de tratamiento, entre otros escenarios.
Por lo que el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial de Estados Unidos hace recomendaciones sencillas, pero efectivas en el cuidado y prevención de la salud dental de una persona con discapacidad. Las recomendaciones más importantes son cepillar los dientes al paciente todos los días, incluso adquirir cepillos especiales para adaptarse a las necesidades de las personas; usar hilo dental en medida de lo posible; y realizar visitas regulares al dentista, para que así la persona con discapacidad se familiarice con la situación, el entorno y los procesos, esto hará que con cada visita la atención sea más fácil y ágil.