Por pmnoticias.tv
Las perspectivas de calidad de vida de jóvenes en situación de riesgo y que habitan en polígonos de alto rezago social en la zona metropolitana cambiaron a partir de una iniciativa para capacitarse y vincularse con empresas, en busca de una oportunidad laboral.
A través del programa Alineación de competencias sociales, humanas y técnicas de jóvenes con el futuro laboral en las empresas de la Universidad de Monterrey, jóvenes de entre 18 y 29 años de diferentes municipios del área metropolitana han sido capacitados e integrados al mercado laboral, de acuerdo con Luis Portales Derbez, profesor de la Escuela de Negocios de esta casa de estudios.
Desde hace un año, el programa coordinado por el Centro de Estudios sobre el Bienestar de la UDEM ha logrado beneficiar a alrededor de cien jóvenes de Escobedo, Santa Catarina y Monterrey, así como próximamente de otros municipios, como Apodaca para el próximo mes.
El proyecto es financiado por el Nacional Monte de Piedad y se trabaja actualmente con 10 diferentes empresas, en colaboración con gobiernos municipales y organizaciones de la sociedad civil e instituciones del gobierno estatal.
Portales Derbez destacó que el programa está orientado al desarrollo de habilidades sociales y emocionales en los jóvenes, por medio de actividades lúdicas y prácticas orientadas al fortalecimiento de su dimensión espiritual, personal y social, las cuales están alineadas a las necesidades organizacionales.
“La idea del proyecto en el esquema es vincular la oferta laboral y la demanda por medio de un esquema de capacitación que ofrece la UDEM; se trata de vincular a jóvenes en situación de vulnerabilidad social con los diferentes tipos de vacantes en empresas, que nos dicen cuáles son sus vacantes y requerimientos”, explicó.
El también director del Centro de Estudios sobre el Bienestar estableció que el modelo de capacitación –impartida por profesores de la UDEM– se encarga del desarrollo de capacidades socioemocionales y trabaja la parte interior del joven, como un elemento de espiritualidad, cuando se le dan prácticas de mindfulness y control de emociones por medio de ejercicios.
El modelo de acompañamiento e intervención empieza con la identificación de jóvenes en vulnerabilidad, pero con potencial, con el Programa de Sensibilización y Desarrollo de Jóvenes para el Trabajo (PSDT) y el apoyo de programas municipales, estatales y de ONG.
“(Los municipios) encuentran los espacios para generar los procesos de capacitación y nos ayudan en la convocatoria de los jóvenes”, mencionó.
Posteriormente, el PSDT produce un pool de jóvenes empleables y un enlace con empresas a través del Programa de Vinculación Laboral Interinstitucional (PVLI), para después ser evaluados por la Plataforma de Acompañamiento, Seguimiento y Evaluación (PASE).
“La capacitación varía de acuerdo a las necesidades del joven: si buscan trabajo de manera urgente, la capacitación se imparte en una semana; si son jóvenes que no tienen esa urgencia, tenemos esquemas de capacitación de dos o tres semanas”, detalló.
El proyecto califica con una vulnerabilidad alta a los jóvenes con bajo nivel educativo y que cuentan con una familia que mantener, su nivel de entrada organizacional es de ayudante general y perciben un salario promedio de seis mil pesos.
Después, la vulnerabilidad media implica un nivel educativo medio superior y que estén buscando oportunidades salariales por encima de un ayudante general, porque posee conocimientos y habilidades técnicas, con un nivel salarial de entre los siete mil y los ocho mil pesos.
La vulnerabilidad baja contempla un nivel educativo medio superior, con competencia técnica validada o certificada; su empleabilidad radica en la posibilidad de encontrar una vacante en donde reciban un salario adecuado y su nivel salarial sea superior a los 10 mil pesos.