Por La Nación
El ser humano suele dejar sus desechos por donde quiera que vaya, incluso en la montaña más alta del planeta, que tiene un serio problema con la basura que arrojan sus visitantes, de acuerdo con los relevamientos que manejan los gobiernos de Nepal y China, que han comenzado una campaña inédita para limpiar el Everest.
Es que, además de la altura (8.848 msnm), ahora la montaña ha sumado el récord de ser una de las cumbres más contaminadas del mundo, con cientos de toneladas de basura entre plásticos, latas, carpas abandonadas y excrementos humanos. Incluso hay al menos 300 cadáveres de alpinistas bajo el hielo que nunca lograron ser rescatados.
La primavera pasada, las autoridades chinas restringieron la entrada de turistas a la base del campamento más famoso del mundo visitado por 40 mil personas al año. Se permitió el ingreso de solo 300 escaladores por temporada como una forma de conservar las cumbres y retiraron más de 8 mil kilos de basura, de acuerdo con un informe de la BBC.
Según el sitio Traveler, la campaña de este año se centrará en recoger unas 10.000 toneladas de basura, la cifra más ambiciosa desde que han comenzado a encarar el problema.
El tema de los excrementos que dejan los excursionistas es un caso aparte. Si bien desde 2014 existen normas que obligan a que cada escalador se retire de la montaña con sus residuos, lo que incluye sus deposiciones, esta norma no está siendo cumplida.
Ahora, una empresa china propone instalar inodoros ecológicos en lo alto de la montaña, pero esto todavía no se ha puesto en marcha.
La limpieza de este año comenzará en mayo, la realizarán varios grupos de más de cinco personas y se destinarán 250.000 dólares. Será encarada en las dos zonas más afectadas, como South Coll (7.900 msnm) y Camp II (6.500 msnm). La idea es que la limpieza continúe indefinidamente en el tiempo.