Por Dulce Xochitl M
Para recordar y reconocer la vida, obra y valores que Don Eugenio Garza Sada legó a su familia, a sus colaboradores, a su comunidad y a su país, fue inaugurado un memorial en la esquina de las calles Villagrán y Luis Quintanar, en Monterrey.
El objetivo es que todos los ciudadanos, especialmente los de las nuevas generaciones, conozcan un pensamiento inspirador que se tradujó en acciones y en obras concretas en beneficio de todos los demás.
El memorial consta de una placa y un camino que conduce hasta un encino recién plantado. A un lado de éste se colocaron otras dos placas, una con el rostro de Don Eugenio, y en la otra su filosofía de vida, condensada en el Ideario Cuauhtémoc.
“Don Eugenio fue admirado por su trabajo inspirador y por la creación de miles de empleos. Siempre creyó que lo importante era repartir trabajo, no riquezas, porque solo el primero eleva el nivel de vida de manera permanente. Fue un hombre generoso con la tierra que lo vio nacer, a la que donó todo lo que pudo. Construyó empresas e instituciones y contribuyó a forjar una cultura de vida reconocida en todo el mundo en la que, como dice otras de las placas, destacan dos conceptos: Trabajo y ahorro: legado que trasciende”, dijo José Antonio Fernández Carbajal, presidente del Consejo de Administración de FEMSA.
Fue en este cruce vial en Monterrey, hace 43 años, exactamente el 17 de septiembre de 1973, donde perdió la vida Don Eugenio Garza Sada. Este suceso marcó un momento muy relevante en la historia de la ciudad, del estado y del país.
Fernández Carbajal explicó que “aquí murió físicamente Don Eugenio defendiendo sus ideales, convencido que la libertad es la esencia del hombre. Cuando alguien quiso coartar esa libertad, luchó hasta el final. Pero su obra y sus ideas perduran en Monterrey y en México”.
Por su parte, David Noel Ramírez Padilla, Rector del Tecnológico de Monterrey, destacó las virtudes de Don Eugenio Garza Sada, de quien comentó que “fue un hombre incansable en el actuar, generoso en el dar y sereno ante la adversidad, así como tenaz ante los retos, humilde y sencillo. Un ciudadano ilustre de sólida formación intelectual y con un profundo sentido humano traducido en un compromiso social, integridad y pasión por servir a los demás”
Mientras que Ramón Mitre, ex trabajador de la Cervecería y hoy jubilado, recordó a Don Eugenio Garza Sada como “una persona sencilla y austera en el vestir y en el comer. A sus espaldas, los amigos y compañeros le decían El Franciscano por su forma de ser y entrega total. México necesita más personas como él y que su ejemplo nos dé la fuerza necesaria para perseguir nuestros ideales. Mucho se ha dicho de Don Eugenio empresario, benefactor y hombre de bien, pero hay una cualidad que lo hizo diferente: ser un gran mexicano porque él creía en este país al que le hizo tanto bien”.
El tributo ofrecido fue a iniciativa de un grupo de colaboradores, actuales y jubilados, de FEMSA, quienes tuvieron la idea de establecer un memorial para recordar la vida, la obra y el legado de Don Eugenio.