Por Pedro García
En el proceso de revisión de cuentas públicas en el seno del Congreso local, destaca la mancha que le han estampado en la larga -y hasta hoy- inmaculada carrera del ex gobernador Natividad González Parás en el servicio público.
Político cuadrado, ortodoxo, duro en el trato en corto, González Parás experimenta –a querer o no- una contrariedad por el rechazo a una de sus cuentas, más allá de las consecuencias que se deriven de su desempeño fiscal. Recordad que hay tiempos legales al respecto que solo los expertos nos pueden aclarar.
En su fuero interno, Nati nunca tuvo presupuestado un desaguisado como el que le acaba de cocinar el Congreso. Él quien siempre ha tenido el control de todo el ambiente político que le ha rodeado durante su carrera.
Cualquiera que sea el desenlace de su caso, Nati ya está sellado como un gobernante al cual le rechazaron cuentas públicas, en el Congreso con votos a favor de diputados del PRI, sus correligionarios.
Eso no lo soportan políticos del perfil de Nati.
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A querer o no, el Presidente Peña sigue leyendo muchas malas noticias en los medios. “Nos inundan”, dijo recientemente el mandatario. Por ejemplo la especie convertida en polémica, de su presunto plagio de ideas para la elaboración de su tesis universitaria.
Y como siempre ocurre en México, si tú respaldas la especie divulgada, te tachan de antiPeña. Si la repruebas, te identifican entre los “comelonches”.
En tanto, algunos ven a la reportera Carmen Aristegui en la ruina de su carrera periodística, mientras que otros la apoyan a morir.
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“México ha llevado a cabo más reformas estructurales en comparación con la mayoría de los países de mercados emergentes, pero su tasa de crecimiento ha sido decepcionante, debido parcialmente a factores no económicos”, aseguró la calificadora Standard & Poors.
Y según lo que proyecta la calificadora, el próximo Presidente va a recibir un país con mucha vulnerabilidad, sólo Ved: “El continuo bajo crecimiento del PIB, los bajos ingresos petroleros y el margen cada vez menor para reducir el gasto relacionado con proyectos de inversión, así como los costos de personal podrían dificultar que el gobierno estabilice su deuda como participación del PIB en los próximos dos años.”
Como dijo Mauricio Fernández, así ni quien le entre (en el caso de Nuevo León).
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Si bien el director general del grupo financiero Banorte, Marcos Ramírez asegura que “ya estamos agarrando tracción como país”, o sea potencia, los manufactureros ven muy distinta la situación: “La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) previó un cierre de año “difícil” para la actividad productiva.
En el caso de la industria, el presidente de la Concamin, Manuel Herrera Vega, estimó un crecimiento de entre 0.4 y 0.8 por ciento en 2016, “considerando los riesgos del entorno económico nacional, así como el desempeño la industria estadunidense”.
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Y como los trabajadores mexicanos se distinguen en el mundo entre los mejor remunerados, la Secretaría de Hacienda a través de su ingenioso funcionario, tal cual es, Fernando Aportela sostiene que “El gobierno federal está abierto a discutir la necesidad de que los trabajadores mexicanos incrementen su ahorro voluntario para el retiro”.
Y agrega el cerebrito que el Sistema de Ahorro para el Retiro se ha convertido en un factor para la estabilidad macroeconómica del país y el crecimiento de la economía.
¡Claro!, porque el gobierno toma recursos de dicho sistema para financiarse, con saldos adversos para los dueños de esos ahorros, es decir, los trabajadores.
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¿Cómo se permite que el negocio llamado Club Chivas impida a los fanáticos, contratantes de las transmisiones de los juegos por Internet, que eleven quejas a la Profeco, en caso de fallas en las emisiones?
Ah, es que estamos en México.
