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Estar expuestos a un evento crítico generalmente desencadena algunas reacciones emocionales en quienes lo vivieron. Por ejemplo, ante un secuestro, la víctima puede presentar diversos síntomas emocionales, los cuales deben ser atendidos preferentemente dentro de las primeras 72 horas después del evento. Te compartimos detalladamente cuáles son esas reacciones y qué puedes hacer ante éstas.
RE-EXPERIMENTACIÓN. Consiste en revivir mentalmente el acontecimiento traumático a través de sentimientos y sensaciones asociadas a éste, las víctimas recuerdan a detalle lo que pasó como si lo estuvieran viviendo una vez más. Pueden tener pesadillas frecuentes y reacciones físicas como: dolor de cabeza, náuseas, vómito y dolor corporal.
INCREMENTO DE ACTIVACIÓN: Pueden encontrarse anormalmente nerviosos, presentando dificultades para concentrarse y para conciliar el sueño. Están excesivamente alertas, al pendiente de que algo malo pueda pasar.
EVITACIÓN. Si a una persona le resulta irritante recordar el acontecimiento traumático hará esfuerzos por evitar todo lo que se lo recuerde. Tal vez comience a evitar situaciones, lugares, pensamientos, sensaciones o conversaciones que relaciona con el evento. Puede presentar una incapacidad para recordar aspectos claves del suceso, esto se debe típicamente a la amnesia disociativa y no a otros factores como una lesión cerebral o consumo de drogas.
ENTUMECIMIENTO EMOCIONAL. La gente con TEPT encuentra difícil involucrarse emocionalmente en el presente; viven en el pasado, sus emociones pertenecen al pasado y les resulta muy difícil sentir emociones normales como: amor, afecto e interés por las actividades que anteriormente les resultaban atractivas.
Estas reacciones forman parte de un cuadro clínico denominado Trastorno de Estrés Postraumático; además de éstas pueden manifestar algunos síntomas o conductas como: una visión muy positiva de la situación con la idea de aprovechar su vida de una mejor manera haciendo cosas que nunca han hecho o que no pudieron lograr antes. Comúnmente esta respuesta reprime de manera inconsciente los sentimientos negativos desencadenados a raíz del evento, la víctima dice sentirse bien y las personas a su alrededor suelen decir que se comporta “como si nada hubiera pasado”, lamentablemente luego de esta fase los síntomas reaparecen.
El aspecto más relevante durante las primeras semanas posteriores al secuestro es el temor a ser plagiado nuevamente. Este miedo suele estar relacionado a múltiples experiencias y circunstancias de la vida cotidiana.
REACCIONES EMOCIONALES EN LA FAMILIA
La noticia del secuestro de un familiar siempre causa impacto. Es una situación muy difícil que provoca la aparición de reacciones muy variadas en cada persona. En algunos casos los miembros de la familia manifiestan las emociones abiertamente y en otros no en un intento de contenerse y minimizar la gravedad de la situación. Esto, en algunas ocasiones, puede generar conflicto ya quecada uno espera que todos reaccionen de igual manera pero no tiene que ser así, la ausencia del secuestrado es vivida de manera diferente.
Todo esto genera una serie de sentimientos por parte de la familia:
CULPA: Dormir, comer, ver televisión, salir, pueden ser vistos como actos de traición o deslealtad; el hecho de pensar en la posibles condiciones por las que está pasando el secuestrado provoca que busquen inconscientemente solidarizarse con él.
IMPOTENCIA: No saber qué hacer, a dónde ir, dónde pedir ayuda, dónde encontrar al secuestrado, pensar en “¿por qué no me paso a mí?”, aumentan en esos momentos las discusiones en la familia, muchas veces la razón principal es el alto nivel de tensión al que han sido sometidos por la noticia.
REPRESIÓN: Muchas familias piensan que todo estará mejor si no expresaran los sentimientos experimentados ante esta situación, por lo que evitan hablar del tema mencionando sólo lo indispensable.
TEMOR: Tienen la sensación de estar siendo vigilados y perseguidos permanentemente tanto por los secuestradores como por otras personas que pueden causar daño.
ANGUSTIA: Es un sentimiento totalmente normal y esperable, aparece ante lo desconocido, la incertidumbre y la zozobra de no saber en qué condiciones se encuentra su ser querido. Se intensifica con el proceso de negociación y desenlace, al imaginar cómo será el regreso, los roles que debe desempeñar la familia, la posible intervención de las autoridades y muchas veces por el largo silencio de los secuestradores.
Todas las reacciones antes descritas, tanto en el caso de la víctima como en la familia son completamente esperables y debemos entenderlas como una respuesta normal ante un evento anormal, es decir, se desencadenan a causa de un evento que irrumpe drásticamente la normalidad de nuestro día a día. Por desgracia no todas las personas que son víctimas (directas o indirectas) de delitos solicitan la asistencia profesional necesaria. Algunas personas intentan sobrellevar la situación a solas, pero en la mayoría de los casos no es suficiente y requerirán la atención especializada para evitar que esas reacciones se conviertan en su nuevo modo de vivir. Recuperarse puede tomar un tiempo, pero es posible. Ponte en contacto con nuestros especialistas para recibir atención psicológica.
(Con información de http://www.cic.mx/conoce-las-reacciones-emocionales-en-las-victimas-de-secuestro-y-sus-familiares/?utm_content=buffer047a5&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer)