Con el síndrome que nos da a los mexicanos por ser o parecer que sabemos de política cada 3 o 6 años… Pues con razón estamos como estamos.
Sigo sin entender cómo nos comportamos como si estuviéramos viendo el fútbol y fuésemos porristas de tal o cual, creyendo que eso es construir la democracia.
No entiendo a esas personas que van condicionando sus relaciones afectivas por sus preferencias electorales. Por eso hay algo que se llama pluralidad y que debe ser respetada.
Tampoco entiendo los que dejan de ser ellos mismos y ceden todos sus espacios a sus “gallos”. Un momento. No caer en el fanatismo se llama respeto al derecho del voto libre y secreto.
Lo peor que dejan las elecciones, las pocas que me han tocado en mi país es ver cómo sacan lo peor de uno. Y cómo éste queda dividido por personas a las que les importa su candidato y sus intereses, pero no lo publico.
Reflexionar, razonar, pensar y tomar las cosas justo en el lugar en donde están, que lo mejor no es el día del voto, es el día después. Donde la “cancha” necesita jugadores no porristas.
Por su atención, gracias.
(Tomado del perfil de facebook de Indira Kempis de Ibargüengoytia)