Café con aroma a recuerdo

 

 

Por Aristeo Jimenes

Los cafés de la Calzada Madero son memorables Kutz Doppelgänger, recuerdo el café “Los Chicos” frente al hospital Universitario, un poco más hacia el oriente, una cuadra antes de Venustiano Carranza esta “El Manolín”, cuentan los parroquianos que ahi despachaba García Ábrego. A un lado del arco a la independencia existió por muchos años “El Ritz” cuyos dueños de origen húngaro, eran sumamente amables, servían la famosa “oreja de elefante”, la que conocemos como milanesa empanizada. Una huelga acabó con él. Luego esta “El Al”, a la altura de Zaragoza, frente a él esta “El Palax”. Y allá por el rumbo de Fundidora está el Café Rubio. De cada uno de ellos hay algunos platos que me hacen regresar o cuando la nostalgia me llega o cuando evoco a ese Monterrey de los años setenta, cuando la Calzada Madero tenía un andador con bancas y palmeras, yo me iba caminando con mi cajón de bolear y me detenía en cada uno de estos lugares a ofrecer mis servicios. En la esquina de la calle Guerrero se encontraba un estudio de fotografía (Foto Selecta, cerrado hace algunos años) y me quedaba un largo rato mirando los retratos que don Alberto Flores Varela (+) tenía exhibiendo en la vitrina del estudio, luego de regreso me sentaba en una banca a oler el café, cuyos granos en ese momento tostaban en la “Cafetera Mexicana” por la calle Doblado. Al café “Los Chicos” regreso por esos burritos de carne deshebrada, su café servido en vaso de vidrio o sus enchiladas suizas. De El Ritz, recuerdo su café y su pan recién horneado en la Estrella Roja, luego de El Manolín es obligado saborear su caldo de res acompañado de un arroz rojo con su toque de comino, las manitas lampreadas de cerdo, los molletes de frijoles y queso gratinado, o sus bisquetes rellenos de mermelada de fresa son imprescindibles en “El Al”. De el “Café Palax” solo he tomado café y pan, y el menudo debe saborearse en el Café Rubio y aromatizarlo con ese orégano traído de la Sierra de Picachos. A estos lugares podemos ir Kutz cuando vengas a Monterrey saludos. PD. Se me estaba olvidando el Café París, por Platón Sánchez donde sirven el mejor machacado con huevo.

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