Por pmnoticias.tv
El sentimiento en escena, la precisión que imprimen en cada movimiento y la belleza y majestuosidad de la producción de Romeo y Julieta del Ballet de Monterrey enamoró y dejó asombrado esta noche al público que abarrotó el Teatro Juárez dentro de la programación del 42 Festival Cervantino.
El show de la compañía se presentó como parte de las actividades de Nuevo León como estado Invitado de Honor del festival que en esta edición dedica uno de sus dos ejes temáticos al 450 Aniversario del Natalicio de William Shakespeare.
El director argentino Jorge Amarante y el elenco que encabezan Katia Carranza (Julieta) y Johani Fernández (Romeo) presentaron una versión de primera calidad en la que destaca el dramatismo y en que se respeta al máximo la historia para conservar la esencia que la ha hecho trascender a través de siglos.
Y no es casualidad que los asistentes a la función en el Teatro Juárez, provenientes de distintas partes del mundo, quedaran asombrados, ya que el Ballet de Monterrey cuidó cada uno de los detalles para lograr un montaje de la pieza compuesta por Serguéi Prokófiev.
El ensamble de bailarines es pieza fundamental para transmitir emociones a la audiencia. La regiomontana Katia Carranza se confirma como una realidad al interpretar de manera magistral cada una de las coreografías y mostrar al personaje de Julieta como una belleza que puede encantar y se deja llevar por la pasión en el juego del amor.
Su contraparte, Romeo interpretado por Jonhal Fernández, logra con una técnica depurada ser ese joven hombre soñador, arriesgado y lleno de pasión para seducir a las féminas.
Los bailarines de soporte cumplen a cabalidad con su tarea con ejecuciones técnicas y llenas de encanto, entre los que destacan Martha García (Lady Capuleto), Eduardo Pi (Mercuccio) y Claudia Kistler, Andrea Juárez y Deborah Rodríguez en sus papeles de prostitutas.
El elenco también está integrado por Ernesto Mejica (Teobaldo), Luis Ledesma (Benvolio), Guillermo Villafuerte (Paris), Regina Palomar (Rosalinda), Rosalinda Moeller (nodriza), Érick Ramírez (Fray Lorenzo), Pedro Trujillo (Príncipe Escalus) y alumnos de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey.
La calidad técnica está soportada por una producción excelsa que incluye una majestuosa escenografía de Jorge Gallardo, los vestuarios diseñados por Marco Reyna y una iluminación atinada a cargo de Diego Vorath. Todos los aspectos se conjugan para ubicar la historia en el contexto adecuado.
Romeo y Julieta cuenta con un excelso trabajo de dirección en el que Amarante logra sincronías perfectas y llenas de belleza.
Con esto el Ballet de Monterrey representó con creces a Nuevo León co,o estado Invitado de Honor en el 42 Festival Internacional Cervantino, cuya participación se enmarca dentro del programa Nuevo León, Polo Cultural de México.
