Profesores e investigadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León presentaron los resultados de estudios ingenieriles, económicos, legales y ambientales, desarrollados a lo largo de dos años en este cause, que atraviesa cinco municipios metropolitanos.
La situación actual del río Pesquería es dramática: tiene grados de contaminación tan elevados que hay zonas en las que es imposible la vida humana y animal; en otras zonas está moderadamente impactado, pero en sus 83 kilómetros a lo largo del área urbana tiene algo de impacto ambiental.
“Hoy el río Pesquería es uno de los principales retos para el Estado, porque lo hemos involucrado en la zona urbana y le hemos transmitido impactos de basura, escombro, descargas residuales, rellenos y asentamientos humanos; por eso me parece muy importante el trabajo de la Universidad Autónoma de Nuevo León como parte de su aportación social, con mucha conciencia social”, reconoció Óscar Gutiérrez Santana, Director General del Organismo Cuenca Río Bravo, de la Comisión Nacional del Agua.
Lo anterior en el inicio del Curso-Taller “Delimitación de zonas federales y áreas de amortiguamiento en el río Pesquería. Ordenamiento territorial como estrategia para prevenir inundaciones”, que se realizó el 22 de julio y en el que participaron funcionarios de los tres órganos de gobierno a través de la Conagua, la Secretaria de Desarrollo Sustentable del Gobierno del Estado y los municipios metropolitanos por los que transita el cauce: García, Monterrey, Escobedo, Apodaca, Pesquería.
Meta en común: salvar el río Pesquería
El maestro Adrián Leonardo Ferriño Fierro, Subdirector de Vinculación de la Facultad de Ingeniería Civil (FIC) explicó que el objetivo es reunir a todas las personas que hacen la toma de decisiones que involucran el ordenamiento del río Pesquería.
“Con este curso-taller se pretende que se integren los municipios y los planes de desarrollo urbanos, en conjunto con la legislación de Conagua en la delimitación, para que tengan una relación transversal, dejar las áreas vírgenes que requiere el río para épocas de crecientes y minimizar los años en épocas de huracanes; y tener una cuenca organizada para poder dar un parque lineal u obras de protección al río que garanticen un mejor escenario en la zona metropolitana de Monterrey”, explicó Ferriño.
Uno de los objetivos es conocer el estado actual de los planes de desarrollo urbano de cada municipio, definir qué se tiene que hacer y en el caso de no desalojar a las personas que viven en los márgenes del río, realizar obras de protección marginal que garanticen que no desborde el cauce hacia esas casas.
“Este estudio elaborado por la Universidad nos dice cómo estamos en este momento y aún estamos en oportunidad de revertir ese proceso y rescatar nuestro río Pesquería y convertirlo en un río emblemático de la región; hoy por hoy, nadie quiere ir ahí, pero es posible su regeneración si se hace un esfuerzo permanente por parte de los gobiernos, las instituciones y la ciudadanía”, destacó el ingeniero Óscar Gutiérrez Santana.
El Director General del Organismo Cuenca Río Bravo de la CONAGUA, agregó que el esfuerzo será titánico para reubicar las áreas invadidas por asentamientos humanos que atraen como imán la descarga de aguas residuales, generan chiqueros y la tira de escombro para rellenar los espacios.
“Lo que hacen es un crimen porque al crecer sus terrenos con los rellenos de escombro reducen la capacidad hidráulica del río y provocan riesgos de inundación en áreas donde no lo había”, advirtió.
El funcionario aseguró que se puede incrementar el grado de éxito y hacer compromisos de las administraciones municipales actuales y las siguientes porque se requiere un esfuerzo continuo durante varias décadas para volver al río a su estado natural.
“Todavía se puede salvar el río Pesquería, por eso estamos aquí, ya que es viable salvarlo y todos podemos ser parte de este proyecto”, dijo Adrián Leonardo Ferriño Fierro, investigador de la FIC.
La Facultad de Ingeniería Civil realizó, en un periodo de 2 años, un estudio elaborado por investigadores en relación al Río Pesquería y que comprende 6 etapas:
- Recopilación de toda la información de todas las vertientes del río.
- Aplicación de un modelo hidrológico detallado para predecir cuánto puede escurrir en cada uno de los cauces.
- Aplicación de modelos digitales de elevación y determinación de las formas físicas y topografía del río para tener manchas de inundación.
- Realización de un estudio para ver qué tan contaminando estaba el río y se generó una tesis en coordinación con la Facultad de Biología para determinar el impacto que se tiene en contaminantes, a través de un biomonitoreo.
- Evaluar los daños en términos económicos a través de la Facultad de Economía de la UANL.
- Integrar a todos los actores vinculados y poner en marcha las estrategias para regenerar el río Pesquería.